La cervicalgia o dolor cervical es una de las causas más frecuentes de atención médica y fisioterápica, ésta no tiene por qué deberse a una patología grave, puede ser simplemente consecuencia de una sobrecarga muscular por sobreesfuerzo o por una lesión neuromuscular traumática como en el caso del latigazo cervical o esguince cervical.
En ocasiones se trata de un dolor localizado a nivel cervical y otras veces el dolor se extiendo por brazos, cabeza o espalda. Todo ello puede llegar a provocar hormigueos y adormecimiento, acompañado en ocasiones de malestar general, nauseas e incluso mareo.
La columna cervical se caracteriza por ser muy móvil, por lo que es asiento frecuente de patología artrósica, de hecho, más de la mitad de los mayores de 60 años tienen dolor cervical.
Causas de la cervicalgia
El dolor cervical puede estar causado por:
- Mala postura, traumatismo, maloclusión mandibular, alteración de la vista… Todo ello provoca la hipertonía de los distintos músculos cervicales provocando la sobrecarga.
- Bloqueos vertebrales que provocan la hipomovilidad de alguna vértebra dando lugar a un dolor mecánico. A veces éstos bloqueos aumentan la presión intradiscal produciendo irritación nerviosa en el nivel.
- Puntos gatillos miofasciales en trapecios o mesculatura cervical.
- Después de sufrir latigazo cervical en un accidente o caída de espalda lo cual suele terminar con rectificación cervical.
- Enfermedades inflamatorias tipo artritis reumatoide.
- Patologías tipo protusión discal o hernia de disco.
Diagnóstico
Para un buen diagnóstico es necesario realizar una valoración completa del paciente. En la valoración hay que tener en cuenta el nivel de dolor, localización y tipo del mismo, la movilidad cervical , existencia de dolores referidos, postura del paciente, estado de fuerza muscular, estado de nervios involucrados…
A todo ello se puede sumar el aporte de información que nos muestran las pruebas de imagen, como son las radiografías, resonancias magnéticas, TACS o electromiografías.
Tratamiento
En el manejo del dolor cervical lo podemos llevar a cabo mediante distintos tipos de tratamientos:
- Conservador: El tratamiento conservador está compuesto de reposo de la zona, empleo de medicamentos antiinflamatorios o analgésicos y rehabilitación de la función del área lesionada. La inmovilización prolongada no es recomendable, mientras que la inmovilización a corto plazo, permite el descanso de los músculos cervicales.
- Farmacológico: En cuanto a la prescripción médica será nuestro médico de cabecera el encargado de prescribir los medicamentos adecuados, teniendo en cuenta nuestros antecedentes. El ácido acetilsalicílico o ibuprofeno suelen ser útiles para reducir el dolor y la inflamación. Muchas veces los antiinflamatorios no son recomendables tras un tratamiento de fisioterapia ya que puede anular los efectos que queremos conseguir con los tratamientos.
- Fisioterapia: El primer paso que tenemos que llevar a cabo es la corrección de la postura y de malos hábitos que involucren a el cuello, ya que, si no, los tratamientos de fisioterapia no serán efectivos. Masoterapia por medio de masajes, movilizaciones, técnicas articulatorias y de decoaptación articular; Ejercicios terapéuticos de fortalecimiento de musculatura débil y de reposición y estabilización articular; Termoterapia; Punción seca de puntos gatillos miofasciales…
¿Qué podemos hacer mientras nosotros?
Como ya hemos dicho anteriormente, el reposo prolongado no es beneficioso por lo que a continuación les mostramos una serie de ejercicios de movilización y de estiramientos que podemos realizar desde casa para que nos ayuden a mejorar la sintomatología.
Recuerde ponerse siempre en buenas manos para un correcto tratamiento. Cada caso es único por lo cual su tratamiento deberá ser personalizado tras una valoración exaustiva.
En Centro Clínico del Pie quedamos a su disposición para cualquier duda o necesidad de tratamiento.
Sonia López Matías, Fisioterapeuta nº12564.